El salón de Häkon el Viejo, el Hakonshallen de Bergen

Todo lo bueno se acaba, al igual que nuestro viaje a Bergen, pero todavía teníamos que ver el gran salón de Häkon el Viejo. Siempre pasa en los viajes cortos, ya tienes activado al 100% el «chip viajero»… y te tienes que ir… ¡¡yo quiero seguir viajando 😢!! Por suerte, nuestro vuelo salía a las cinco, y como no facturábamos teníamos hasta las tres para turistear. Entre otros lugares decidimos visitar el Hakonshallen, y así terminar de ver la Fortaleza Bergenhus.

Como es habitual el día se había levantado gris. Pero no llovía y había algunos claros en el cielo… un claro presagio del ¡sol! Desayunamos opíparamente, salmón incluido 😋, y dejamos las maletas en recepción. Por suerte en el Scandic Bergen City las guardan gratis. Todavía nos acordamos de un hotel de Escocia que cobraba por ello 😡.

Decidimos pasar el día caminando tranquilamente por Bergen, haciendo fotos y vídeos de los sitios por los que habíamos pasado a toda velocidad para poder aprovechar la Bergen Card.

Ole Bull Plass

Nuestra primera parada es el Teatro Nacional (Den Nationale Scene) en el oeste de Ole Bull Plass. Frente al teatro se encuentra la estatua de Henrik Ibsen, el dramaturgo más importante de toda Noruega. Como muchos genios, Ibsen era un hombre adelantado a su tiempo, y en su época sus obras se consideraron escandalosas.

Den National Scene

No, la foto no es un montaje. Al final del día salió el sol y aprovechamos.

Bajamos por un precioso jardín hasta llegar al otro extremo de la plaza, para conocer al violinista que le da nombre. Allí encontramos la estatua del violinista Ole Bull, «la primera celebridad internacional» del país. Haceros una foto en la fuente donde se encuentra la estatua es complicado. Siempre hay multitud de niños jugando y saltando sobre las piedras. Nosotros como somos bastante niños también nos subimos a las piedras 😛

Estatua de Ole Bull en Ole Bull Plass

En esta plaza termina Torgallmenningen, calle peatonal que nace del puerto. En ella encontraréis infinidad de tiendas y en su centro hay fuentes de agua muy chulas. Casi al llegar al puerto encontramos el Monumento a los Marineros. En una ciudad tan volcada al mar como Bergen no podía faltar un reconocimiento a los grandes navegantes noruegos. En esta fuente se representa de forma gráfica la navegación desde la era vikinga hasta el s. XX.

Monumento a los marineros de Bergen

El Gran Salón de Häkon

Recordaréis que el sábado vimos el complejo-fortaleza Bergenhus, pero el Häkonshallen estaba cerrado. De camino como no nos detuvimos en las casitas de madera de Bergen… ¡no tuvimos más remedio 🤣!

Pinceladas de historia del Salón del rey Häkon – Haakon IV de Noruega

El rey Häkon (o Haakon en castellano) era hijo ilegítimo del anterior monarca noruego. Ya os contamos cómo el traslado del pequeño Häkon a Nídaros montado en unos esquís. Un año después de la muerte de su padre, en 1218, su madre, Inga de Varteig, se sometió a un juicio por ordalía en Bergen para demostrar sus derechos sucesorios.

Cinco años después, en una reunión en Bergen, el joven Häkon se ganó el apoyo eclesiástico a sus aspiraciones al trono, a pesar de ser ilegítimo. A pesar de rebeliones y una cierta oposición, desde entonces Häkon ejercería como rey. Sin embargo, no sería coronado hasta ¡¡24 años después!!, cuando el Papa dio autorización para su coronación.

Häkon IV

No se sabe a ciencia cierta la fecha, pero a mediados del s. XIII, después de su coronación, Häkon construyó el Hakonshallen. Pensado para celebrar grandes recepciones, a día de hoy sigue siendo el edificio no religioso más gigantesco de toda Noruega.

Eso sí, cuando llegamos todavía no estaba abierto y tuvimos que esperar. Bueno, así fuimos los primeros en entrar. Mientras yo visitaba los baños, José sacó las entradas y cogió este folleto de la nave de Häkon.

Exterior del Häkonshallen

La visita al salón de Häkon el viejo
Área de recepción

Allí, se puede ver una maqueta que muestra los daños que sufrió en 1.944, cuando un barco de municiones alemán estalló en el puerto.

Sótano del Häkonshallen

Hoy día, este espacio se ha dividido en diferentes salas para reuniones. Su visita es enormemente interesante pues se conservan arcos originales y se ven vestigios de las distintas modificaciones sufridas con los siglos. Esto nos revela mucho de las etapas de la construcción del edificio.

Sótano del Häkonshallen

Acabada la parte baja, se sube al plato principal, la gran sala de fiestas.

La gran sala de Häkon el viejo

Se accede a la misma por un portal gótico tardío (s. XV). Este se instaló en sustitución del anterior más antiguo, probablemente destruido en un incendio. Por este portal accedían los invitados, mientras que el rey y su familia entraba por una puerta lateral al lado del trono en el fondo de la sala.

Interior del salón de Häkon el viejo

La sala es enorme, siendo su volumen equiparable al de tres piscinas olímpicas. Su superficie supera los 400 m2, así que imaginaros los mini-pisos que caben ahí 🤣. Los tres tapices (pared oeste, frente de la mesa y tribuna musical) son impresionantes, aunque nosotros nos quedamos con el primero, que representa un antiguo calendario medieval.

Tapices del salón de Häkon el viejo

Callejeando por Bergen

Una vez vista el Salón de Häkon el viejo ya habíamos visto todo el complejo Bergenhus. Por eso, decidimos perdernos por una de las calles de casitas blancas que hay detrás del Bryggen. Lo mejor aquí es ir sin ruta, disfrutando del paseo y del descubrimiento de estas calles repletas de encanto y tranquilidad.

Casas de Bergen

Tras un paseo agradable, regresamos a Bryggen, esta vez para verlo bien y recorrer todos sus recovecos. Mucha gente se queda sólo con la parte delantera de las casitas. Sin embargo, el auténtico encanto de la zona es perderse por las galerías repletas de tiendas de antigüedades y de arte.

parte posterior de Bryggen

También son interesantes las traseras de las tiendas de souvenirs de la calle principal. Igualmente subimos al segundo piso de las casas para recorrer los pasadizos y averiguar más de su construcción interior. Así ves las vigas, el imprescindible sistema anti-incendios que tienen instalado, etc.

La mayoría de las que hay hoy en pié son «recientes», y sólo el 25% datan de principios del s. XVIII. Es increíble que en un sitio donde llueve tanto haya habido tanto incendio, y una auténtica pena.

casas de las traseras de Bryggen

El Ønskebrønnen

Por supuesto, también paramos en el «pozo de los deseos». Allí, un cartel nos recuerda que el Bryggen es gratis, pero las monedas del pozo se utilizan para su conservación. No recordamos lo que pedimos la primera vez que estuvimos, pero probablemente fue volver, ¡¡y se cumplió!!.

Ahora tenemos que volver a Roma (moneda en la Fontana de Trevi), a Nueva York (recorrer el puente de Brooklyn andando)…¡¡puff!! demasiados sitios a los que volver y demasiados sitios nuevos a los que ir… 🤣

El Fløibanen, el funicular de Bergen

El Fløibanen es una de las atracciones turísticas principales de Bergen y de toda Noruega. Su horario es de 8 a 23 horas y cuesta 95 NOK por persona ida y vuelta (unos 11,04 €). Tenéis un 50% con la BergenCard y en el siguiente enlace podéis comprar las entradas del Fløibanen.

Fløibanen

Ya a finales del s. XIX se pretendía construir un medio de transporte para acceder al monte Fløyen. El Fløibanen se inauguró en 1918. Recorre una distancia de 844 metros con una pendiente de 15 a 26 grados en 5-6 minutos. Su cota superior son 320 metros sobre el nivel del mar y las vistas son espectaculares. Tanto que transporta más de un millón de viajeros al año.

Aunque subimos en nuestra anterior visita a Bergen, teníamos pensado hacerlo otra vez, pero sólo si el día despejaba. Si fuese gratis con la Bergen Card hubiésemos subido de todos modos. No sólo son interesantes las vistas, desde la cima se pueden hacer multitud de rutas por el monte ¡una maravilla!. Os dejamos este mapa de las rutas por el monte Fløyen, aunque podéis conseguir una guía actualizada con todas las rutas en las taquillas.

vistas desde el monte Fløyen en Bergen

La ladera del monte Fløyen

Ante las malas perspectivas meteorologías, decidimos seguir la calle  Lille Ovregaten que sale del  Fløibanen. Es muy tranquila y con mucho encanto y vimos más casitas muy coloridas. Prácticamente todas las calles que sale a la izquierda en dirección al monte Fløyen tienen encanto y puedes observar construcciones típicas de Bergen.

casas en la ladera del monte Fløyen en Bergen

En el cruce con Øvre Korskirkeallmenningen, bajamos y  nos topamos con la parte trasera de la Korskirken, iglesia del s XVII (fundada en el XII), que era una de las pocas iglesias en Noruega en tener una reliquia de la Vera Cruz.

Seguimos paseando por Kong Oscars Gate llegamos a la Domkirke de Bergen, la Catedral de San Olaf (L-V 10-16h). El interior no tiene nada destacable, puesto que fue casi totalmente reconstruida en el s. XIX volviendo a sus orígenes medievales (s. XII) y retirando toda la decoración rococó.

La ciudad vieja de Bergen

Siguiendo la misma calle nos desviamos por un conjunto de edificios de color verde rodeados de arboles antes de llegar a la estación. Muy bonito hasta que vimos que habíamos dado con las traseras del Museo de la Lepra. Da un poco de yuyu, la verdad.

Seguimos después por el lateral de la estación en dirección a la Puerta de la ciudad vieja (Stadsporten). Nos enteramos de la existencia de esta puerta por casualidad porque venía en el plano de una guía. Construida en el s. XVII, aunque reformada, es Bien de Interés Cultural. Una copia de la misma es la que da acceso al Museo Folclórico Noruego de Oslo.

Es muy popular puesto que aparece en el logotipo de uno de los diarios más importantes de Noruega, el «Bergens Tidende». En el cementerio cercano está enterrado Olle Bull, aunque no había ningún turista por ahí.

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La parte delantera de la puerta estaba en obras. La foto de la derecha pertenece a la réplica que hay en Oslo.

Regresamos al centro de Bergen

Bajamos por Lungegårdsbakken y atravesamos Zander Kaaes Gate para llegar a la entrada principal de la estación.

De allí bajamos por Strømgaten y pasamos por la Bergen Offentlige Bibliotek (edificio del s. XIX en estilo «románico revival»). Aunque esta institución fue fundada en el s. XIX, se mencionan bibliotecas en la ciudad en el s. XIV. De hecho, la primera biblioteca pública se fundó en el s. XVIII. Luego nos preguntamos porque los Noruegos son tan educados, ¡¡si tenían bibliotecas públicas 100 años antes que en España!!.

Seguimos nuestro periplo en dirección al lago… Bueno, hablemos con propiedad, en dirección al lago Lille Lungegårdsvann, que es octogonal. Si no te fijas bien es difícil apreciarlo, salvo desde lo alto del mirador del funicular.

Lille Lungegårdsvann

Al lado del lago está el edificio más feo de Bergen. Sus habitantes lo llaman «la octava colina de la ciudad». Ya lo podéis imaginar, ¡es el ayuntamiento!. Efectivamente en Bergen también tuvieron una época en la que construyeron cosas horribles.

Mucho más bonitos son los tres edificios que albergan el Museo de Arte de Bergen, llamado KODE. Ni teníamos la Bergen Card operativa ni tiempo, así que sólo los vimos por fuera. En los alrededores del lago también hay numerosas esculturas, por lo que recomendamos un tranquilo paseo para poder disfrutarlas.

Museo de Arte Decorativo del Oeste de Noruega

 

Nos quedaba ya hacer unas compras pero, como íbamos bien de tiempo, bordeamos la Fortaleza Bergenhus para llegar llegar al puerto donde salen y llegan los cruceros a Bergen. Desde allí, hay una vista excelente de los almacenes del Skuteviken. También vimos llegar un crucero…nosotros no somos cruceristas, supongo que según vayamos cumpliendo años nos irán gustando más.

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De compras por Bergen

Ya era hora de comprar un trol para acompañar al que ya tenemos en casa…bueno más bien de que José me lo regalase 🤣. Los trols hay que regalarlos para que den suerte.

Después de ver algunas tiendas elegimos al trol violinista. Costaba 394 NOK, al cambio unos 49,02 €. Luego nos devolvieron 5,12 € con el TaxFree. Los trol han subido mucho de precio, aunque teniendo en cuenta que son figuras de coleccionista y con el nivel de vida de Noruega, tampoco se nos hace tan caro. Le bautizamos como Ole Bull, porque el nombre del famoso violinista le viene que ni pintado.

el trol Ole Bull de mapaymochila

Pero…¿que es un trol?

Los más jóvenes seguro que no vieron nunca la serie de David el Gnomo 🤣. Un trol es un ser fantástico y normalmente maléfico. Normalmente habita en bosques o bajo tierra… incluso debajo de puentes. Aunque el nombre trol es noruego, estos seres están presentes en toda la mitología escandinava.

trols

Compartimos con vosotros una leyenda sobre trols que nos contaron la primera vez que estuvimos en Noruega. Hemos intentado contarla tal como la oímos, pero hay muchos detalles que no recordamos:

La Historia de Virgil

Erase que se era un joven descuidado, que no hacía caso a sus padres y desatendía sus tareas soñando con princesas y caballeros.

Durante una boda conoció a la bella Sogne y se enamoraron, pero un malentendido provocó que el atolondrado Virgil tuviese que huir de una multitud enfurecida. En su huida se encontró con una muchacha vestida de verde que dijo que le ayudaría a escapar de sus perseguidores.

La muchacha decía ser una princesa, y Virgil, que siempre había soñado con casarse con una la siguió sin hacer demasiadas preguntas. La muchacha era efectivamente una princesa, ya que era hija del rey trol. Virgil se encontró de repente en la corte trol totalmente indefenso.

trols noruegos

Todo estaba perdido para el, pero en ese momento tañeron las campañas del pueblo tocadas por Sogne. Como todo el mundo sabe, los trols, no soportan el ruido de las campanas, así que Virgil aprovechó la situación para huir y reencontrarse con Sogne, viviendo felices y olvidando para siempre sus absurdos sueños que casi le habían llevado al desastre.

Nos despedimos de Bryggen

Como este día era el último, pensábamos darnos un homenaje con la comida. Como había salido el sol, José propuso pillar algo en el sitio donde intentamos cenar ayer antes de quedarnos atrapados en el Bergenhus. Cuando llegamos estaba lleno y nadie salió a atendernos. Por eso fuimos al sitio en frente del restaurante de comida rápida donde cenamos el día anterior. Cogimos un par de bocatas de salmón (98 NOK, unos 12,50 €)  que nos comimos tranquilamente en manga corta frente al Bryggen.

Comer al aire libre es un placer, y viendo el Bryggen y con sol ¡¡un auténtico lujo!! Increíble como se pasa en poco tiempo de camisetas de manga larga, sudaderas, pañuelos al cuello a las gafas de sol y la manga corta…

Bryggen en un día soleado

Pasamos de nuevo por el mercado de pescado, la oficina de turismo y no nos pudimos resistir la tentación de despedirnos de las casitas desde allí…confieso que estoy obsesionada, pero sin duda es la mejor vista de todo Bergen. No me extraña que en 1.979 la UNESCO declarase Bryggen Patrimonio de la Humanidad.

Además, teníamos que aprovechar que había salido el sol. El día anterior nos encontramos a un español aficionado a la fotografía… y con un trípode de 500 eurazos que ya quisiera José. Estaba haciendo fotos desde la zona de la oficina de turismo y según nos contó, llevaba 15 días viajando por Noruega y no había podido tomar una sola foto con luz amarilla del sol.

vistas de Bryggen

La Iglesia Johanneskirken

El ultimo destino era la Iglesia Johanneskirken (iglesia de San Juan),neogótica del s. XIX. Es el edificio más alto de todo Bergen, y cómo todas las iglesias de la ciudad, sólo abre L-V 10-16 horas. La forma más rápida (y cansada) de llegar es por un gran tramo de escaleras, actualmente en obras. Había imágenes del proyecto, que incluirá jardines y la verdad, te daban ganas de volver. ¿ir tres veces a Bergen se considera vicio? 🤣

Las vistas desde lo alto son muy bonitas, pero llegamos sin aliento por culpa del cansancio de todo el fin de semana. La iglesia está cerca del complejo universitario, así que si estáis por allí os ahorráis subir escaleras.

Iglesia Johanneskirke

El interior de la iglesia es muy grande y bonito, con pasillos y galerías laterales y frescos de principios del s. XX.

Regreso de Bergen a España

Pasamos por el hotel a por las maletas y directos a Olav Kyrres Gate a coger el bus del aeropuerto. Todavía no había pasado el autobús de las 15:02, y como había otro a las 15:20 decidimos apurar un poco más. Fuimos a «despedirnos» del lago, del templete y sobre todo de Ole Bull. Al fin y al cabo, habíamos bautizado a nuestro trol con su nombre 🤣

Templete de Byparken

Cogimos bus y justo avisan por megafonía que hay atasco y llegaríamos tarde. José odia volar, y empezó a ponerse nervioso. Curiosamente en la siguiente parada se subió un piloto y dijimos de coña… «bueno, será el nuestro y sin el no despegamos». Casualidades de la vida, sí que era nuestro piloto 🤣. Llegamos a las 16:05 al aeropuerto, justitos pero sin agobios.

Al pasar el control…José pasa sin problemas y yo ¡piiii!. ¿por qué siempre me pasa?. La mujer que me tocó muy profesional, pero me sobó hasta la planta de los pies. Será que yo con pinta medio noruega parezco una peligrosa terrorista y José con las pintas que lleva habitualmente no. Una vez entramos José intento ir a gestionar el TaxFree, pero la enorme cola de japoneses nos disuadió. Decidimos gestionarlo igual que la última vez, desde España enviando la documentación por correo certificado.

Esta vez si con puntualidad Noruega el vuelo salió a las 17:05 y llegó a las 20:20 a Barcelona. Los que volaban a Bergen ese día saldrían puntuales ¡¡me alegro por ellos!!

vuelo de Bergen a Madrid

Acaban nuestros tres días en Bergen. De Barcelona a Madrid

Tras coger el Rodalies a Sants cenamos en el primer bar nada más salir, el Mercat de l’Estació. Las personas que atendían eran especialmente amables. Da gusto que en una estación, donde todo el mundo suele sentarse a comer cansado de algún viaje, te traten tan bien. Comimos hamburguesas, pero en barra de bocadillo. En total fueron 9,75 € con refresco de 50 cl incluido… volvemos a los precios de España. Os dejamos un mapa de la Estación de Sants para que podáis ver todos los servicios que ofrece.

En el Cafe de l’Estació Deli compramos un par de palmeras gigantes de chocolate. Por 2,90 € las dos ya teníamos desayuno para el día siguiente. Cogimos el tren, y no sabíamos muy bien como iba a ser. Habíamos leído que las literas eran muy incomodas y por eso elegimos asientos abatibles. No sé si seria el cansancio pero yo dormí de maravilla. Me desperté brevemente en Zaragoza porque subió gente pero seguí durmiendo hasta las 6. Nos despertamos justo para para desayunar antes de llegar a Madrid a las 7:20 de la mañana. El café lo tomamos de la cafetería del tren, y aunque un poco caro (3,60 € los dos) estaba muy bueno.

Sin duda, recomendamos el AVE y el tren nocturno para ir y venir a Barcelona. Y con esto y un bizcocho, se acabó nuestro viaje de tres días por Bergen. Una pena que lo bueno sea así de corto.

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