Esta zona estuvo habitada durante miles de años por los amerindios Lenapes, que vivían de la caza, la pesca y la agricultura.
Fueron ellos los que dieron nombre a la Isla de Mannahatta (“tierra de muchas colinas”) y los que crearon el sendero Wickquasgeck, que todavía hoy zigzagea por la perfecta cuadrícula de sus calles con el nombre de Broadway.
Hay mucho debate sobre los primeros no indígenas que llegaron al Continente, pero no se discute que en 1492 Cristóbal Colón llegó a una isla de las Bahamas y cambió la historia.
El primer europeo en avistar el actual emplazamiento de la ciudad fue Giovanni de Verrazano, pero el primero que desembarcó en sus bahías fue Henry Hudson, descubriendo esta región para la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.
Efectivamente, Wall Street es donde estaba la muralla de Nueva Amsterdam
Entre otros lugares, los neerlandeses se establecieron río arriba del Hudson, en lo que hoy es la Capital del Estado de Nueva York, Albany. Para proteger la entrada del río Hudson se decidió crear un fuerte en la isla de Manhattan, llamado Fort Amsterdam, que se convertiría en el corazón de la ciudad de Nueva Amsterdam.
Para proteger legalmente estas inversiones el director de la colonia Peter Minuit negoció la compra de la isla de Manhattan a un grupo de nativos Lenape por 60 florines de bienes comerciales (no por 24 dólares de baratijas, como dice la leyenda). Sorprendentemente, ambas partes creyeron que habían realizado un buen negocio.
Peter Minuit había asegurado los derechos de sus compatriotas por el equivalente a unos 2.500-15.000 dólares actuales… una auténtica ganga 🙂
Los Lenape, habían recibido mercancía valiosa por una isla que según su concepto de «propiedad» no les pertenecía y que además en ese momento estaba en su mayoría ocupada por otra tribu amerindia 🙂
Nueva Amsterdam es tomada por los ingleses
El crecimiento de la ciudad
La pujanza de la ciudad despertó la codicia inglesa, que la capturaron rebautizándola como Nueva York en honor del duque de York. Aunque este hecho desencadenó una guerra entre Inglaterra y los Países Bajos, las familias holandesas continuaron viviendo allí con total normalidad.
Bajo dominio británico, Nueva York creció en importancia como puerto comercial, y se convirtió también en un centro de esclavitud, sólo superado por Charleston (Carolina del Sur).
La mayor batalla de la Guerra de Independencia de Estados Unidos fue la de Long Island, que se libró dentro de la actual Brooklyn con derrota de los independentistas. Aun así finalmente Estados Unidos se independizaría de Inglaterra, transformando a Nueva York en su primera capital hasta la construcción de Washington D.C.
Perdida la capitalidad, el desarrollo de Nueva York se cimentó en su pujanza económica, facilitada por el desarrollo de las redes de transporte, como el Canal del Eire, que la unía con la región de los Grandes Lagos.
La ciudad siguió creciendo y se instauró un plan urbanístico con distribución en cuadrícula de calles y avenidas (excepto Broadway, ya sabéis el antiguo sendero indio).
Times Square, entre Broadway y la 7ª Avenida
El incesante crecimiento de la ciudad hizo promulgar varias leyes sanitarias y de seguridad, siendo la más famosa la que obligaba a los edificios a tener salidas de incendios… ya sabéis, las famosas escaleras metálicas que nos muestran continuamente en las películas… 🙂
Ante esta expansión urbanística, se alzaron voces que reclamaban la creación de un espacio verde, dando lugar a la creación de Central Park, un parque que tiene dos veces el tamaño del estado de Mónaco.
Historia moderna
El célebre Al Capone, nacido en Brooklyn, Nueva York
El inicio del s. XX trajo consigo la Ley Seca, que en el país del Whisky de Bourbon sólo podía traer problemas. En Nueva York abundaron los bares clandestinos, llamados speakeasy, y esta situación trajo consigo el auge de las Cinco Familias de la Mafia italoamericana.
La Bolsa de Nueva York, la primera del mundo, fue también tristemente protagonista durante esos años debido al Crac del 29, una caída continuada de las cotizaciones en más de un 40% que provocó la Gran Depresión y un paro superior al 25%.
Lorca en la Universidad de Columbia
En esa época Federico García Lorca visitó Nueva York, escribiendo una de las obras poéticas más importantes y relevantes de la historia, Poeta en Nueva York.
Fue el alcalde Fiorello La Guardia, que da nombre al principal aeropuerto de vuelos domésticos de Nueva York, quien restauró la vitalidad económica de la ciudad. Firme defensor del New Deal, La Guardia fue el impulsor de unas fuertes inversiones en infraestructuras que fueron acompañadas por inversiones privadas como la construcción del Empire State Building, el Rockefeller Center o el Edificio Chrysler.
La Segunda Guerra Mundial llevó a Nueva York a personalidades como Einstein o Dalí, y en esta ciudad se produjo una de las imágenes más famosas de celebración del fin de la contienda, el beso de Times Square.
La posguerra y la crisis económica que trajo consigo fue rápidamente superada, y hasta 1960 Nueva York fue el puerto comercial más grande del mundo.
La especulación inmobiliaria hizo que la clase acomodada se desplazase del centro, cerrándose numerosos comercios. Además, durante la década de los 80 y principios de los 90 se produjeron fuertes tensiones raciales que desembocaron en sangrientos disturbios.
El estado actual de la ciudad es sin duda resultado de la gestión del alcalde Rudy Giulliani, que redujo la criminalidad, limitó la influencia de la Mafia y limpió la ciudad, que antes de que el llegase se había empezado a conocer como la “Rotten Apple” (manzana podrida).
El 11 de septiembre de 2001, Nueva York vivió el primer acto de guerra en su propio territorio, cuando el ataque contra las torres gemelas provocó 4.000 muertos (los mismos que murieron en el ataque a Pearl Harbour durante la Segunda Guerra Mundial).
Las consecuencias económicas son desastrosas para aseguradoras, compañías aéreas y el sector inmobiliario, provocando una importante recesión. Sin embargo, la ciudad se recuperó de este ataque, gracias a un enorme sentido de comunidad y al liderazgo y determinación de Giuliani.
En el año 2014, en el lugar del atentado se inauguró el rascacielos One World Trade Center y Museo y Memorial Nacional 11 de Septiembre, certificando esta recuperación.
Una ciudad cosmopolita
Little Italy en el corazón de Manhattan
Desde finales del s. XIX hasta mediados del XX Nueva York fue la puerta de entrada para más de doce millones de inmigrantes judíos, irlandeses, alemanes, italianos…
Esta situación provocó muchos problemas de racismo y xenofobia que alcanzaron su punto álgido en los años 80 y 90, y que por suerte se han ido diluyendo.
A día de hoy Nueva York es una ciudad multicultural en la que se hablan 174 lenguas diferentes y donde más de un tercio de su población ha nacido en el extranjero.
La diversidad sexual
Casi la cuarta parte de la población de Manhattan pertenece al colectivo LGBT, lo cual se ve con la mayor de las normalidades. Greenwich Village y East Village son zonas gay tradicionales, pero en otras zonas hay establecimientos que reservan un día a la semana para clientela gay.
La “gran manzana”
¿Que os creíais, que no os íbamos a contar de donde venía la expresión? …. Hay muchas leyendas al respecto, pero esta es nuestra preferida. Los músicos de jazz apodaban “la manzana” a las ciudades en las que tocaban por primera vez ¡¡porque los nervios provocaban un nudo en la garganta!!… y claro, por su importancia Nueva York era «la gran manzana». Ahora la manzana es el símbolo de la ciudad (bueno y de Apple, pero eso fue muchos años después 🙂 )
Los caimanes de las alcantarillas de Nueva York
Esta conocida leyenda cuenta que las familias adineradas que veraneaban en Florida a finales de los años 30 traían como recuerdo pequeños caimanes, pero cuando estos crecían se deshacían de ellos arrojándolos al inodoro.
Esta leyenda se hizo muy popular en los años 50, e incluso se llego a hablar de mutaciones y caimanes albinos… nosotros no vimos ninguno, pero nunca se sabe 🙂
Y aquí terminamos con las pinceladas de historia, os esperamos en las próximas entradas de New York, New York…
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