Castro de la Mesa de Miranda, el asentamiento vetón de Chamartín

En el municipio de Chamartín, a media hora de la ciudad de Ávila, se encuentra el Castro de la Mesa de Miranda. Hace más de dos milenios, este asentamiento vetón se alzaba en la ladera norte de la Sierra de Ávila, sobre una elevación que domina el río Hondo y el arroyo de Matapeces. Ven a descubrir con nosotros este poblado de la Edad del Hierro.

El Castro de la Mesa de Miranda

Los vetones eran un pueblo celta caracterizado por ser guerrero y ganadero. Entre los asentamientos fortificados de mayor tamaño están el castro de la Mesa de Miranda o el castro celta de El Raso. De hecho, con sus casi 30 hectáreas, el Castro de la Mesa Miranda es uno de los más grandes de la Península Ibérica. Todavía no se han excavado las viviendas, siendo muy difícil estimar su población. Algunos autores hablan de que pudo alcanzar los 600 habitantes, aunque en la mayoría de períodos su población posiblemente fuese menos de la mitad.

Como el resto de castros vetones, el Castro de la Mesa de Miranda sería una especie de ciudad-estado autónoma. Aun así, probablemente estableció algún tipo de relación o alianza con los cercanos castros de las Cogotas al este y Los Castillejos y Ulaca al sur.

Pinceladas de historia del Castro de la Mesa de Miranda

La Mesa de Miranda es un lugar muy estratégico. Tiene garantizado el suministro de agua y unas formidables defensas naturales. Por eso, no es de extrañar que los primeros cazadores recolectores estableciesen asentamientos temporales en la zona. Así, podían controlar el valle y los animales que vivían en el. Prueba de ello son las numerosas cuarcitas talladas y otros útiles líticos hallados en el entorno de la Mesa de Miranda.

útiles líticos

Hasta ahora no se han hallado restos de asentamientos de la Edad del Cobre. No sería hasta el s. V a.C. que los vetones se instalarían en lo alto. Sorprende la ubicación del castro en esa época, puesto que ninguna de las tierras más accesibles es adecuada para la producción agrícola.

Algunas décadas después de la conquista romana de la zona central de la Península Ibérica, el castro sería abandonado por motivos desconocidos.

Durante siglos el Castro de la Mesa de Miranda durmió olvidado, hasta que hace menos de un siglo fue descubierto por pura casualidad y excavado. En los últimos años, varias secciones de las muralla han sido restauradas a fin de que podamos hacernos una idea de la importancia de este asentamiento vetón. La enorme mayoría de la zona residencial permanece bajo tierra, esperando descubrirnos sus secretos.

visita al Castro de la Mesa de Miranda

Visita al Castro de la Mesa de Miranda

Te dejamos un mapa del Castro de la Mesa de Miranda para que te sea más sencillo orientarte por el yacimiento. Hay muchos carteles explicativos pero lo principal en la visita es dejar volar la imaginación para intentar comprender como era realmente esta fortificación y sus habitantes.

Las defensas del castro

El castro de la Mesa de Miranda se divide en tres recintos amurallados. El más grande es también el más antiguo.

Primer recinto

Ocupa más de la tercera parte del castro, y la muralla serpentea por el cerro adaptándose a los desniveles del terreno. Su parte más vulnerable es la zona sur, y allí precisamente se instalaron las entradas, en forma de pasillo y protegidas por dos torreones semicirculares. Para mejorar las defensas se incluyó un foso seco de unos 5 metros de profundidad, actualmente rellenado por los derrumbes de la muralla, y un campo de piedras hincadas.

campo de piedras hincadas

Un campo de piedras hincadas son básicamente gran cantidad de piedras clavadas en el suelo muy juntas y con una punta sobresaliendo algo menos de un metro. Gracias a ello se dificultaba el avance de la caballería y de la infantería y se obligaba a los atacantes a seguir un camino concreto si querían acceder a las murallas.

Segundo recinto

La entrada principal está localizada al sur este, protegida por una gran torre semicircular. En esta estructura la muralla se configura en una especie de escalón. Así, se dificultaba la utilización de máquinas de guerra y el avance de los atacantes.

torre semicircular

Este recinto es el más pequeño de todo el castro y su función es desconocida, aunque quizás se utilizase para encerrar el ganado en caso de ataque. Se cree que fue construido algo antes de la conquista romana, aunque algunos autores creen que pudo erigirse en la misma época que el primer recinto.

Tercer recinto

El tercer recinto en realidad es el primero que nos encontramos al acceder al yacimiento. Ocupa un tercio de la superficie del castro y su trazado apenas se distingue hoy día. Aunque originalmente se pensaba que servía para el ganado, estudios más recientes apuntan a que es una muralla inacabada construida después de la conquista romana. Debido a las características del terreno, sus constructores no vieron necesario cerrarlo por la zona norte, protegida por una inclinada pendiente. Destaca por el uso de grandes bloques y porque forma un «pasillo» de acceso al poblado de casi 5 metros de ancho protegido por dos torres rectangulares.

cuerpo de guardia

Estas enormes piedras se conocen como el «cuerpo de guardia». Junto con la muralla formaba un pasillo para encajonar entre dos muros a los invasores.

Las viviendas del castro

Las clases altas del poblado habitaban las zonas más altas del recinto interior. Es más, una de las viviendas más imponentes, con al menos nueve estancias y un gran patio o corral, domina todo el poblado. Por su tamaño, puede que en realidad fuese un edificio público.

La tipología de vivienda parece ser la típica vetona, con planta rectangular y compartimentadas en torno a una gran habitación central. La techumbre sería de materia orgánica, con vigas, tablones y retamas, por lo que nada ha llegado hasta nuestros días.

Las esculturas zoomorfas

Una de las características más curiosas del pueblo vetón es la talla en granito de imágenes de toros y cerdos, los animales más relevantes para su vida diaria. Su función era protectora, y se situaban en caminos, zonas de pastos y en los recintos más externos de los castros. Como es lógico, en el castro de la Mesa de Miranda se han encontrado varias de estas esculturas, con distinto grado de conservación. Una de ellas se ha puesto sobre un pedestal en el segundo recinto.

toro vetón en Chamartín

En la Plaza de la Inmaculada en Chamartín también podemos ver uno de los toros que se hallaron en el Castro de la Mesa de Miranda, de más de dos milenios de antiguedad.

La Osera

Esta necrópolis de incineración ocupa unas 4 hectáreas y según parece se siguió utilizando con posterioridad al abandono del castro. En ella se descubrieron más de 2.300 enterramientos y numerosos túmulos funerarios. Los túmulos se han asociado a enterramientos de personajes importantes, normalmente guerreros. Sus ajuares son más imponentes que los de los campesinos y artesanos que conformaban la mayoría de la población del castro. La incineración normalmente se reservaba para las muertes naturales, mientras que para un héroe muerto en combate se consideraba un sacrilegio. El rito para los caídos en combate era permitir que los buitres devorasen sus restos para llevarles a los cielos.

En la zona más al sur de la necrópolis hay una estructura muy particular, probablemente para destacar la importancia de los allí enterrados. Es una construcción en mampostería con dos túmulos circulares.

Túmulos en La Osera

Una peculiaridad de esta necrópolis es que se divide en seis zonas, posiblemente correspondientes a distintos clanes. Cada zona estaba señalizada con una estela de mayor tamaño que las piedras que marcaban las tumbas. La disposición de estas estelas no es azarosa, sino que imitan la constelación de Orión. Según se cree, constituyen un rudimentario calendario astronómico. Hay una séptima estela, hoy día partida en dos.

La visita al Castro de la Mesa de Miranda

Como llegar

Chamartín se encuentra a 22 Km. de Ávila, en la carretera AV-110. Hay un camino señalizado que lleva al aparcamiento del yacimiento. Se puede ir en coche, aunque si se tiene hora y media se pueden hacer los dos kilómetros que lo separan de Chamartín andando.

Aunque hay algunos obstáculos, la visita es accesible ♿ y su duración es algo más de una hora.

Horario

En invierno (de octubre a julio) sólo es visitable los fines de semana y festivos de 11 a 15. En días laborales aceptan grupos previa reserva. En verano abre todos los días de 11 a 19. De todas maneras, recomendamos confirmarlo en el teléfono del ayuntamiento (ver más adelante).

Precios

La entrada al Yacimiento es gratuita.

El complemento de la visita: El centro de interpretación del castro de la Mesa de Miranda

Situado en Chamartín, en el encontraremos información de la cultura vetona. Para verlo hay que concertar una visita en el teléfono del ayuntamiento 920 23 25 34 (sólo atienden el miércoles por la mañana).

Nos despedimos con un extra, el maravilloso cielo estrellado de la Sierra de Ávila. ¡¡todo un lujo 😉!! ¡hasta pronto!

cielo estrellado de la Sierra de Ávila

8 comentarios

  • Cómo nos gustan las «piedras», cuánta historia se respira en estos lugares. Visitamos el Castro de la Mesa durante uno de nuestros veranos en Ávila, pero apenas recuerdo nada así que cuando volvamos iré a visitarlo.
    Cuando volváis por Galicia ya os recomendaré algunos castros para vuestra colección de lugares con historia 🙂
    ¡Un abrazo!

    • Es que cuando uno habla de castros no puede evitar pensar en Galicia, y aunque algunos hemos visto ya tenemos excusa para volver a tierras gallegas (como si necesitásemos alguna ). Cuando vuelvas por tierras abulenses, tienes otros castros cercanos al de la Mesa de Miranda muy interesantes, así que te puedes hacer una pequeña ruta. por la zona. Un abrazo para ti también.

  • Nunca me había planteado que hubiera castros fuera de Galicia, ignorancia absoluta la mía. Aunque claro, al ver la foto de la escultura, inevitablemente he pensado en los Toros de Guisando. He ido a consultar y veo que también fueron obra de los vetones, es decir, arte celta.
    Es curioso como tanta arquitectura y arte siguen enterrados por todo el mundo, eso que decís del descubrimiento del castro de Miranda por casualidad debe ser algo habitual, cada vez menos, pero más de una vez hemos leído «se descubrió al iniciar una obra, al buscar un acuífero, por una accidente. Supongo que tardarán en descubrir todo lo que aún se esconde de aquel asentamiento (por cierto, eligieron un lugar muy atractivo, seguro que no fue por las vistas, pero son éstas son tremendas). 🙂

    • No andas desencaminada, los castros son más abundantes en el noroeste de la península, por eso todo el mundo los asocia con Galicia. Y si, Guisando está a menos de 100 Km. del Castro de la Mesa de Miranda y pertenecen a la misma cultura. En cuanto al descubrimiento ¡bendita casualidad! Con el tiempo seguro que este asentamiento nos irá revelando más secretos. Gracias por comentar Kris.

  • Nunca me había planteado que hubiera castros fuera de Galicia, ignorancia absoluta la mía. Aunque claro, al ver la foto de la escultura, inevitablemente he pensado en los Toros de Guisando. He ido a consultar y veo que también fueron obra de los vetones, es decir, arte celta.
    Es curioso como tanta arquitectura y arte siguen enterrados por todo el mundo, eso que decís del descubrimiento del castro de Miranda por casualidad debe ser algo habitual, cada vez menos, pero más de una vez hemos leído «se descubrió al iniciar una obra, al buscar un acuífero, por una accidente. Supongo que tardarán en descubrir todo lo que aún se esconde de aquel asentamiento (por cierto, eligieron un lugar muy atractivo, seguro que no fue por las vistas, pero son éstas son tremendas). 🙂

    • No andas desencaminada, los castros son más abundantes en el noroeste de la península, por eso todo el mundo los asocia con Galicia. Y si, Guisando está a menos de 100 Km. del Castro de la Mesa de Miranda y pertenecen a la misma cultura. En cuanto al descubrimiento ¡bendita casualidad! Con el tiempo seguro que este asentamiento nos irá revelando más secretos. Gracias por comentar Kris.

  • Cómo nos gustan las «piedras», cuánta historia se respira en estos lugares. Visitamos el Castro de la Mesa durante uno de nuestros veranos en Ávila, pero apenas recuerdo nada así que cuando volvamos iré a visitarlo.
    Cuando volváis por Galicia ya os recomendaré algunos castros para vuestra colección de lugares con historia 🙂
    ¡Un abrazo!

    • Es que cuando uno habla de castros no puede evitar pensar en Galicia, y aunque algunos hemos visto ya tenemos excusa para volver a tierras gallegas (como si necesitásemos alguna ). Cuando vuelvas por tierras abulenses, tienes otros castros cercanos al de la Mesa de Miranda muy interesantes, así que te puedes hacer una pequeña ruta. por la zona. Un abrazo para ti también.

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