Zangarrón de Sanzoles, mascarada de invierno
Las localidades de la Ruta del Vino de Toro ofrecen a su visitante gastronomía, vino y Patrimonio. Pero también cultura y tradición, y una de las más arraigadas es la mascarada de invierno del Zangarrón de Sanzoles, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos. Acompáñanos a descubrir esta singular celebración.
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Las mascaradas de invierno
A lo largo de diciembre y enero, cuando los días comienzan a alargarse y las noches se acortan, por toda Europa se celebran festividades ancestrales de origen incierto. Podemos encontrar estas peculiares manifestaciones en Alemania, Bulgaria, Rumanía, Grecia o Austria. Sin embargo, la Península Ibérica es el lugar de Europa dónde perviven el mayor número de estas mascaradas de invierno. Muchas de estas festividades están representadas en el Museo Ibérico da Máscara e do Traje, ubicado en la ciudadela amurallada de la ciudad portuguesa de Bragança.
Muchos estudiosos, asocian estas celebraciones arcaicas a ritos ancestrales paganos agrícolas y de fertilidad. Algunos otros, las asocian a ritos mágicos de protección para ahuyentar a lobos y espantar a los malos espíritus.
En la provincia de Zamora todavía perduran casi una veintena de mascaradas, ajenas a las prohibiciones y a los embates del tiempo. Hoy día, estas manifestaciones culturales únicas de gran interés antropológico e incluso turístico. Sin duda, las mascaradas de invierno, cómo el Zangarrón de Sanzoles, son un importante Patrimonio inmaterial zamorano que es imprescindible conservar. Por eso recientemente se ha creado la Federación Provincial de Mascaradas «MascaraZA», integrada por 17 asociaciones de mascaradas que existen en la provincia que no sólo busca preservar estas tradiciones, sino incluso recuperar algunas que hoy día se han perdido.
Sanzoles… del Vino
No seremos nosotros quien quitemos el ilustre apellido de esta localidad zamorana, que demuestra su histórica relación con el fruto de la vid. Sin embargo, no hay ningún otro Sanzoles en toda España, y la gente del lugar tuvo que resignarse a ver cómo Sanzoles del Vino pasaba a ser simplemente Sanzoles. Ese nombre proviene del mártir cordobés San Zoilo, muy venerado en los arrabales de Córdoba. Por ese motivo, se cree que la localidad surgió cómo un repoblamiento de mozárabes que llegaron al Reino de León provenientes de Al-Andalus. Su casco urbano posee la arquitectura más típica de la Tierra del Vino, con casas tradicionales en piedra con dinteles tallados.
El Zangarrón de Sanzoles
El Zangarrón es una de las primeras mascaradas de invierno en la provincia. La festividad tiene un origen incierto, pero pueden presumir de tener documentado en el Centro de Interpretación del Zangarrón el nombre de todos los «zangarrones» desde hace más de un siglo 😯.
También puede presumir de haber sido posiblemente la única mascarada que se ha celebrado de forma ininterrumpida en esos más de cien años. Durante la Guerra Civil muchas mascaradas no se celebraron, y tampoco el Zangarrón, cómo tal. Sin embargo, los más viejos del lugar cuentan entre susurros que incluso aquellos años, hubo valientes que desafiaron las prohibiciones y se enfundaron el traje del Zangarrón. Es más, ni la reciente pandemia impidió al Zangarrón recorrer las calles de Sanzoles. Eso sí, lo hizo sin asistencia de público, que observaba emocionado desde sus casas a este peculiar personaje.
La leyenda del origen del Zangarrón de Sanzoles
Se cuenta que una peste asoló Sanzoles y el párroco de la localidad sacó en procesión a San Esteban para pedir un milagro. La ayuda del santo no llegaba, y los vecinos pensaron que era porque no quería socorrerles. Por eso, empezaron a insultar y apedrear al Santo.
Entonces al son de unos cencerros apareció una figura terrible. Envuelto el cuerpo con una manta de las mulas y con una máscara cornuda hecha con un pellejo de vino, este primer Zangarrón defendió al Santo. Con un vergajo atizaba a todo aquel que osase alzar su mano contra San esteban y gracias a ello logró finalizarse la procesión.
Y finalmente la peste finalizó, más la gente no lo achacó a la intervención del santo, sino a la figura siniestra al que llamaron Zangarrón, que con el ruido de sus cencerros hizo huir hasta la misma peste. ¿Y quien fue ese primer Zangarrón? Algunos dicen que un vecino del pueblo, otros un extraño del que nunca más se supo.
El verdadero origen del Zangarrón
A grandes rasgos, y con algunas variaciones, la leyenda anterior es la que dan por cierta casi todos los vecinos de Sanzoles. Esta historia la oyó el sanzolano Santiago Esteban de labios de su abuela y la plasmó en unos versos que vieron la luz a mediados del s. XX. ¿Quizá la famosa peste a la que se refiere la leyenda fue la gripe española de 1918? Podría ser, pues en la provincia de Zamora esa enfermedad tuvo su pico en otoño de 1918 y su incidencia se redujo drásticamente pasado el mes de diciembre.
Con todo, es muy improbable que una figura diabólica que protege a un santo sea el origen del Zangarrón. Es más, hay profusa literatura sobre el Zangarrón anterior a 1918 que ya menciona un origen desconocido. Quizá la leyenda surgió por esa increíble capacidad adaptativa de algunas mascaradas, que han mutado a lo largo del tiempo hasta lograr llegar a nuestros días. Tomando las reflexiones del periodista Celedonio Pérez, un río surgido en una comunidad del que sólo observamos su cauce y cuya fuerza arrastra y mantiene con vida poblaciones de esa España vaciada. El pueblo las dio la vida y ahora esta y otras mascaradas son las que le dan la vida a los pueblos.
El traje del Zangarrón
Originariamente, la vestimenta del Zangarrón se confeccionaba con unas mantas de las mulas, que se doblaban y cosían a modo de atuendo. Este procedicimiento se hacía son sumo cuidado, pues las mantas eran cosa cara, y debían seguir siendo utilizables cuando acabase la fiesta. En cuanto a la máscara, esta estaba fabricada con un pellejo de vino viejo, cuyos extremos simulaban ser cuernos. El tiempo pasó, y a mediados del s. XX, un vecino de la localidad llamado Melitón Fernández donó un traje para la mascarada del Zangarrón. Si bien este traje estaba inspirado en el original, difería enormemente del mismo. Una nueva adaptación de la fiesta en su recorrido por el rio de los tiempos.
La celebración de la mascarada del Zangarrón de Sanzoles
Aunque la fiesta como tal es el 26 de diciembre, los ensayos tradicionalmente se inician el 8 de diciembre, día que se elige al Zangarrón de ese año. Antiguamente, tanto el papel del Zangarrón cómo del resto de integrantes de esta mascarada eran adoptados por los quintos de ese año, jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban a hacer el servicio militar obligatorio. A día de hoy, cómo no son suficientes para representar la fiesta, los papeles también los adoptan mozos de otra edad.
Las Vísperas
El día 25 de diciembre por la tarde, los mozos van a buscar al Zangarrón y lo provocan para que salga. Este va sin vestir, pero haciendo sonar unos cencerros. Junto a los danzantes y el tamborilero se realiza un pasacalles hasta un cruce conocido cómo las cuatro calles, a la entrada de la población. Durante esta fase el cometido del Zangarrón es evitar que alguien entorpezca la danza. Si alguien incumple esta norma, algo habitual por otra parte, el Zangarrón le azotará con su vergajo, una verga de toro seca y retorcida utilizada cómo látigo.
Las Guardias
Luego el Zangarrón se va a dormir mientras los mozos comen, beben, cantan y danzan haciendo sonar cencerros. Para que los cencerros no dejen de sonar en ningún momento, hacen guardias en pareja.
Vistiendo al Zangarrón
Al amanecer del día siguiente, los mozos, el cortejo y el tamborilero van a buscar al Zangarrón. Este ha sido vestido en una ceremonia que se alarga durante más de una hora bajo la atenta mirada de gran número de vecinos y ya porta su traje y su máscara.
De allí se dirigen bailando nuevamente a las cuatro calles, dónde se realiza el llamado Baile del Niño. Una vez acabado el baile, el Zangarrón y los danzantes van por separado pidiendo el aguinaldo a los vecinos. Mientras recorren la población, los danzantes deben evitar cruzarse con el Zangarrón, porque si eso sucede, este correrá tras ellos y si les alcanza les quitará todo lo recaudado.
La Procesión de San Esteban
Posteriormente, Zangarrón y danzantes van a misa. El Zangarrón tiene prohibida su entrada a la liturgia, y esperará en la plaza. Después, se saca la imagen de San Esteban en procesión y posteriormente se le coloca en un extremo de la plaza dónde se interpreta nuevamente el Baile del Niño. Posteriormente el danzante más joven coge un enorme pendón a pulso y manteniéndolo en posición horizontal y sin que toque el suelo, hace tres venias ante el Santo.
Hasta la hora de la comida, los mozos provocarán al Zangarrón, enseñándole dinero para que corra detrás de ellos. Si son alcanzados el Zangarrón se quedara el dinero.
Comida del Mutis
El acto final de la función del Zangarrón es esta comida de todos los que han formado parte de la comparsa. Es llamada así porque no pueden hablar. Quien contraviene esta norma recibe un vergajazo por parte del tamborilero y debe pagar una multa. Al final, el dinero de las multas sirve para costear el café y las copas.
El final de la fiesta lo marca el Zangarrón dando tres vueltas a la iglesia. En cada vuelta, explotará una de las vejigas hinchadas que lleva.
El Museo del Zangarrón
El vecino más ilustre de Sanzoles no sólo tiene una escultura en la localidad, precisamente en la Plaza de la Iglesia. En Sanzoles también hay un pequeño centro de interpretación dedicado a él. Fotos, símbolos e historia están recogidos en este pequeño museo, que a pesar de su tamaño, contiene la tradición de todo un pueblo. En él se puede ver incluso la lista completa de Zangarrones del último siglo.
Además, en este Museo del Zangarrón, se guardan y conservan todos los artículos necesarios para celebrar la mascarada todos los años, de forma que siempre estén a disposición de los vecinos. Sólo falta en el mismo un par de caretas que se dicen centenarias, hechas con odres viejos de vino. Una de ellas la guarda un vecino, mientras que la otra lleva varias décadas desaparecida.
Para poder concertar una visita al Museo del Zangarrón se debe hablar con el Ayuntamiento de Sanzoles en el 638344504 o con el presidente de la Asociación Amigos del Zangarrón en el 649886096.
Ya sabes todo, o casi, sobre la mascarada del Zangarrón de Sanzoles. ¿A qué esperas para hacer turismo en la Ruta del Vino de Toro y descubrirla? ¡¡Hasta pronto!!
Agradecimientos
José Javier Sánchez, presidente de la Asociación Amigos del Zangarrón, que además de enseñarnos el museo, nos regaló el libro «El Zangarrón de Sanzoles, la historia del brujo que se convirtió en diablo bueno. Rito, tradición y mito» de Celedonio Pérez.
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